Lo que me ha hecho continuar buscando el Amor Profundo fue escuchar ese vacío de mi corazón que me reclamaba seguir hacia adelante hasta que se encontrara totalmente satisfecho. No medio satisfecho, no algo satisfecho, sino satisfecho completamente. Es como un recuerdo que sientes dentro de ti y te dice: ” esto no es Amor Real. Existe mucho más y tengo que encontrarlo”.

“El Amor más grande”- Rebeca BenLuz-

Hoy quiero compartirte una historia sobre el Amor Real y Divino.

Donde vivo existen lugares increíbles donde puedes perderte y tocar aún la vida más de cerca, o así lo siento yo. No digo que no puedas hacerlo en otros sitios, pero para mi este lugar tiene algo muy especial: la luz, el clima, los colores, el mar, los paisajes…todo está rodeado por una naturaleza fascinante. Ayer mismo me compartía un gran hombre unos entornos que para mí son magia. ¿Quién imaginaría que por esta zona se encontraría el sitio de España donde más llueve, verde totalmente? Uno no se lo creería pues eso lo asociamos al norte. Y es que nos hemos limitado a lo que creemos saber, nos han contado, hemos escuchado…llegando a conclusiones que nos hacen descartar desde la ignorancia.

Si, estoy enamorada de esta nueva tierra, donde hay muchos bosques, donde crece también el verde, donde el mar te regala amaneceres espectaculares y la montaña te despide con maravillosos atardeceres. Donde te pierdes en senderos de tierra mojada hasta preciosas cascadas.

Quienes amamos la naturaleza nos empapamos hasta de la última hoja. Nos apasionamos por sus colores, por sus sonidos, por la vida que se da a través de ella. Uno se descalza en medio de un bosque y puede sentir la sangre correr a través de las raíces que se ocultan a la vista pero no al corazón. Respiras y sientes el regalo de amor de cada elemento del paisaje y como todo te invita a fundirte en ello, a unirte hasta desaparecer tu misma y convertirte en todo lo que te rodea. La naturaleza entra en ti y tú entras en ella. Así es como funciona el Amor Divino, así funciona el Amor Profundo.

Existe una profundidad, creamos o no en ella, y podemos quedarnos en lo más efímero del mundo o seguir avanzando en dirección a sus profundidades, acercándonos a su esencia última, a aquello de lo que está hecho todo y de lo que estamos hecho todos. Ir deshaciendo capas y capas para ir descubriendo cada regalo que se encuentra en cada una de ellas a medida que vas profundizando. Sin un final te adentras en lo ilimitado a medida que atraviesas lo limitado. A mayor profundidad, más sensibilidad se despierta y más puedes penetrar y conocer la Verdad. Una verdad que no termina, que sólo profundiza y profundiza a medida que te hace crecer y ascender más en Amor, conociendo más cualidades de su Ser, comprendiendo más su realidad, acercándote más a su Creador, entregándote más a lo que ES y alejándote de lo que no es.

Estoy sentada cerca del mar mientras le cuento sobre esta profundidad  a una persona a la que precisamente, amo profundamente.

¿Cómo sientes tú ese amor Rebeca, cómo es para ti? Me pregunta.

Ummmm…sabes, ahora es más fácil para mi explicarlo que antes. Antes lo intuía en mi corazón, desde siempre. Pero ahora ya lo sé porque sí lo he encontrado, lo he recordado y experimentado. Y sé que es sólo una pequeña parte de lo que aún queda por descubrir y explorar, pero una vez que lo encuentras ya sólo profundizas y profundizas en él.

Verás, este Amor se siente como en casa. Es una paz completa porque es como que todo estuviera en su lugar. Algo completo no es que todo el tiempo sea así, sino que en el instante en el que lo sientes todo es completo: el amor, la dicha, La Paz…todo es pleno. Es como cuando tú llegas a tu casa material y te sientas en el sofá…la diferencia esta en que esa casa donde llegas cada día hay algo que no está completo porque no es paz verdadera, no es real, sino comodidad, la comodidad de que estás en lo familiar y conocido para la mente. Es la manera en la que el ego busca proyectar algo que no es real. Es decir, está intentado siempre sustituir a la verdad con cosas que se le parezcan para que así creas en ellas. Proyecta cualidades parecidas al amor real, a La Paz, a la dicha para que no vayas a buscarlo dentro y descubras su engaño. Yo hasta que no me salí de todo aquello de lo que mi mente me tenia convencida no pude ver esto que te cuento con total claridad. Tuve que salirme de todas las comodidades donde me había quedado medio hipnotizada, digo medio porque siempre hubo esa parte de mi que anhelaba algo más, que no se terminaba de creer todo el cuento…y como fui de no dejar completamente a mi corazón de lado pues me llegó el momento en el que me dejé llevar y me entregué del todo a su poder y aparté la fuerza que parecía tener mi mente.

Me preguntas también que cómo es este Amor…Este Amor es el único Amor creado en verdad y es Perfecto. Te despierta todas las células de tu cuerpo, te conecta con una sensibilidad que transforma cada emoción y cada parte de ti. Es una pasión tranquila que a veces viene con un calor intenso pero agradable, te emociona pero no te lleva a ninguna euforia. Sientes una profunda seguridad, una confianza natural que nunca antes has sentido pero que recuerdas. Sabes que puedes entregarte totalmente, abrirte sin duda alguna. Te abraza y lo abrazas. Comprende cada una de tus palabras, cada una de tus risas, cada uno de tus silencios, cada una de tus emociones sea la que sea, comprende  tus espacios… nada está oculto, no es necesario, te conoce en cada parte de ti. Te hace ser tú en una versión donde te sientes más auténtica que nunca, donde tu Ser al completo es aceptado, respetado, reconocido, valorado, honrado, adorado…Es completamente Incondicional. Te ama con todo. Es tú y tu eres Él. Así es el Amor Profundo y Real. Una dicha que se siente también profunda porque estás y vuelves a donde en verdad perteneces. El Amor Real te agarra de la mano para eso, para volver a tu verdadero Hogar, a la Fuente, y cuando sientes esa Unión, cuando la recuerdas, es un éxtasis que empaña todo tu cuerpo y tu Ser. Es como un orgasmo pero hacia arriba, no hacia abajo. No con el cuerpo externo sino con el cuerpo interno, sintiendo una enorme apertura en tu corazón.

-Sé de lo que me hablas Rebeca…te comprendo perfectamente. Yo lo siento igual.

Miré en sus ojos y pude ver el brillo y la profundidad que había en ellos. Sentía mis palabras, sentía la Verdad. Y pude verme no sólo reflejada. Él se había convertido en mí y yo en él. No le sentía fuera de mí, le sentía dentro de mí, sin separación alguna. En ese momento allí estaba yo sentada delante de mí misma.

Cerré los ojos unos instantes para respirar lo que estaba sintiendo. Cuando abrí los ojos el mar continuaba delante de mí. Entonces sentí una voz muy profunda en mi corazón susurrándome: sí, ha sido real. Sólo el Amor es real.

Sonreí y con una paz y gozo en mi corazón miré al cielo y dije: elijo seguir avanzando. Sigo eligiendo la Verdad del Amor Real.

Sólo cuando experimentas el Amor Profundo es que tu corazón puede ver con honestidad lo que sí es Amor y lo que no lo es. Lo que fue y lo que no fue. El Amor Real siempre te dará claridad. No dejes de buscarlo…Haz que tu corazón quede totalmente satisfecho. Escúchalo dentro de ti, húndete dentro de ti.

Con todo mi Amor;

Rebeca BenLuz